Teresa Oñate nos dice que la interpretación (hermenéutica) puede pensarse desde aquel apotegma de Nietzsche: «No hay hechos sino interpretaciones». Esta postura interpretativa debe situarse en el marco de una época postmetafísica que tiene la oportunidad, según Oñate, de leer las fuentes griegas antiguas premetafísicas (presocráticas) deslindándose de consideraciones cristiano-helenistas. Esto conlleva un requerimiento: recoger con unas pinzas postcristianas los fragmentos de Heráclito -o los de cualquier otro pensador inicial griego-, pues muchos de ellos han pasado, por decir así, por las santísimas plumas de una tradición cristiana. Por lo demás, y en cuanto a la hermenéutica, tengamos presente que «[…] el pasado nunca se agota en alguna de sus interpretaciones, sino que abarca lo posible de otras futuras» (Oñate, T., El nacimiento de la filosofía en Grecia (Viaje al inicio de occidente), Dykinson, 2004). En cuanto a la cuestión de la interpretación referida a los fragmentos de los…
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