En B7 podemos comprobar cómo la diosa innominada pone de manifiesto de un modo diáfano la distinción entre los engañosos sentidos que llevan al error y la falsedad y el de la recta razón que conduce a quien se aplica en ella a la verdad:
Pues nunca se impondrá esto:
que existe lo que no es.
Pero tú aparta el pensamiento de este camino de búsqueda;
y que el hábito muy ejercitado no te fuerce, a través de este camino,
a atender al ojo sin tino, al oído que retumba y a la lengua,
sino juzga razonadamente el muy disputado argumento por mí expuesto.
Lo que “no es” (μὴ ἐόντα) queda traducido por Oñate como “no siendo”1 y con Marzoa como “no-ser”2. ¿Pero a qué se refiere la diosa con lo que “no es”, “no siendo”, “no-ser”? La respuesta la podemos encontrar en la siguiente frase de…
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