B5a
Καθαίρονται δ ̓ ἄλλωι αἵματι μιαινόμενοι οἷον εἴ τις εἰς πηλὸν ἐμβὰς πηλῷ ἀπονίζοιτο.
«Se purifican manchándose con otra sangre, como si alguien que ha caminado en barro se limpiase con barro”.
B5b
Μαίνεσθαι δ ̓ ἂν δοκοίη, εἴ τίς αὐτὸν ἀνθρώπων ἐπιφράσαιτο οὕτω ποιέοντα.
«Parecería que estuviera loco si alguno de los hombres lo contemplara actuando de esa manera”.
B5c
Καὶ τοῖς ἀγάλμασι δὲ τουτέοισιν εὔχονται, ὁκοῖον εἴ τις δόμοισι λεσχηνεύοιτο, οὔ τι γινώσκων θεοὺς οὔδ ̓ ἥρωας οἵτινές εἰσιν.
“Y también a esas imágenes rezan, tal como si uno estuviera hablando a las paredes, no teniendo noción alguna de qué son los dioses ni tampoco los héroes”.
Interpretación
Los sacrificios cruentos así como las adoraciones a las imágenes expuesto en B5c son el producto de la ignorancia y la perversidad. Se aprecia con Heráclito, pues, un vínculo entre el mal y la ignorancia en la que más tarde profundizará Sócrates.
La ignorancia se manifiesta de muchas maneras, y aquí la encontramos en su vertiente religiosa-supersticiosa que como fenómeno se muestra a los que tienen lógos como signo de locura, o sea, como no conformidad con lo divino.
Se expone en estos pasos un problema radical: la creencia de que se sabe. Tal creencia nace «del temor supersticioso». Tenemos, pues, una crítica del efesio a esa creencia que conduce a los hombres a rezar y hacer ofrendas a toda suerte de imágenes, esto es, objetos que en ningún caso atienden a lo humano. Es signo de locura lo que hacen tales hombres, una locura fundamentada en la ignorancia, esa que no permite reconocer a los dioses y a los héroes (semidioses).
Pero para Heráclito el rito no debía ser exterioridad sino íntima experiencia mística; y por eso el fragmento 5 reprocha y condena los ritos que no son «remedios» [ἄκεα] (fragm. 68) espirituales, es decir, que no responden a la exigencia de la catarsis y palingenesia del alma.
Cf. Mondolfo, 1966, p. 346.
Cf. 126. B5c.
Cf. 126 B5c y 129 B5a.
Calvo, 2017.
Mondolfo, 1966.