El coleccionista de decepciones

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El coleccionista de decepciones observaba la vida y admiraba su excepcionalidad. Lo raro era para él la vida misma. Era aquella rareza un abismo que gustaba mantenerse oculto de un intelecto que por naturaleza no entendía la vida.

Debido a aquella incapacidad, el coleccionista de decepciones nunca se había sentido en su casa. Tampoco había encontrado un lugar donde respirar aire puro. La vida era para él un templo con el aire enrarecido.

Un día el coleccionista de decepciones encontró el libro de Heráclito entre los las ruinas de la antigüedad. Y leyó: Τῷ οὖν τόξῳ ὄνομα βίος, ἔργον δὲ θάνατος. Entonces comprendió algo: la palabra vida era una máscara que ocultaba el verdadero rostro de la excepcionalidad.

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El lado trágico de la metafísica

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Desde hace tiempo, por ejemplo desde Parménides1, lo absoluto se acomoda en lo único y en lo inmutable. ¿Qué importa que Parménides sea o no sea el padre de la metafísica? Aquí lo que nos importa es la vertiente trágica de la metafísica. La metafísica está absolutamente asentada en un fundamento absoluto del que nos resulta imposible escapar. ¡Pero muchos luchamos contra este fundamento, contra este destino absoluto! He aquí nuestra tragedia, he aquí nuestra lucha perdida a priori. Hubo un tiempo en que Heidegger nos habló de la Gestell, una palabrita con la que describía un mundo metafísico tecnificado que cercaba, por decir así, a los seres humanos. Hoy no solemos hacer uso de esta palabrita, pero no cabe duda que seguimos atrapados en la Gestell. En realidad la Gestell tiene muchos nombres, por ejemplo, si nos ponemos cinéfilos, Matrix. Poned…

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Trágica impotencia

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Naturaleza: la más ciega tragedia de todas. Choques, contraposiciones, fuerzas contrarias, superar resistencias, amos y esclavos… ¡Esta es una realidad sin sentido que nosotros, seres luchadores y siempre perdedores, pretendemos entender poniendo ahí un sentido fundamentado en razones diversas. Queremos dar razón de este sin sentido y, así, ponemos sentido que suena hueco cuando se le golpea con un martillo nietzsheano. En verdad estamos a merced de un trágico ser divino que sumergido en la eterna indiferencia escribe el guión de este trágicosinsentido.

Con muy poco se puede ser muy grande, como aquel efesio que, con unos pocos fragmentos, nos muestra una grandiosa y, al mismo tiempo, terrible sabiduría1. Escuchemos al oracular filósofo Heráclito:

Lo opuesto conviene y de lo diferente la armonía más hermosa. (Y todas las cosas tienen lugar según la discordia)

Τὸ ἀντίξουν συμφέρον καὶ ἐκ τῶν διαφερόντων καλλίστην ἁρμονίαν. (καὶ…

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Actitud filosófica: Maestro ‘causa sui’

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De ordinario se observa en cada filósofo un vínculo con uno o más maestros (=educadores). Pongamos un ejemplo: Husserl, uno de los maestros de Heidegger. El alumno, como suele ocurrir en estos casos, dijo en muchas cosas sí al maestro, pero al cabo acabó diciéndole no en muchas otras. Pero también podemos pensar en un filósofo que sea causa sui, o sea, que no haya tenido educadores. ¿Es esto posible? Nietzsche decía que el causa sui era algo así como la mejor contradicción excogitada hasta la fecha, y, además, la fuente de una pura libre voluntad. Y ya sabemos que para el viejo filólogo situado más allá del bien y del mal, lo puro no era sino una ilusión1. ¿Pero por qué saco a colación esta causa sui? Porque podemos pensar en aquel filósofo que es causa sui y, en justa consecuencia, un filósofo que se…

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Actitud filosófica: el solitario educador

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¿Necesita la actitud filosófica un educador? Si seguimos pensando con Nietzsche, veamos a grandes rasgos qué nos decía el pensador alemán sobre la figura del educador. En tiempos de la tercera intempestiva, Nietzsche veía en Schopenhauer el modelo, el arquetipo, la guía para la vida y, además, el modo para acceder a la cultura. El educador era algo así como el instrumento necesario para llegar a comprenderse mejor a uno mismo. Frente al educador, Nietzsche contraponía la figura del eurudito –v.g. los filósofos funcionarios pagados por el Estado–, la cual quedaba a años luz de la sabiduría de aquél. El erudito está lejos de la figura del educador, el cual lleva, necesariamente, una vida solitaria, independiente, consagrada al pensamiento, como Heráclito en en el mundo de los presocráticos. ¿Qué sería un erudito? Heráclito ya nos habló del erudito utilizando la palabra Πολυμαθίη (pluriscencia o múltiples conocimientos)…

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Trágica naturaleza

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¿Qué sentido tiene esta naturaleza creadora y destructora? Detrás, delante, encima, debajo y en cada instante se da una lucha que da y quita. Nietzsche nos hizo pensar en un uno primordial, un hipotético artista supremo que designa la naturaleza como fuerza creadora y destructora cuyo atributo esencial es el sufrimiento originario que expresa el carácter destructor y doloroso del tiempo. Trágica vida atravesada por este tiempo que siempre lleva en sí el sufrimiento originario con el que la naturaleza lo arrasa todo.

Cuando pienso en la naturaleza en el sentido trágico de aquellos griegos y en compañía del filólogo convertido tal vez sin desearlo en filósofo, no puedo por menos que salir al monte y gritar el nombre de Heráclito. Entre las montañas retumba el eco de mi llamada en tanto un rayo ilumina el cielo. Me estremezco y, entonces, leo en mis notas:

La naturaleza ama ocultarse.

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Actitud filosófica

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Me estaba preguntando –ahora que tenía un momento para quitarme de encima la ocupación de la cotidianidad–, qué es eso de tener una actitud filosófica? ¿Acaso aquella epojé de Husserl que se desembaraza de una realidad que somete al sujeto hasta asfixiarlo? ¿Será aquél fenómeno de la muerte en el que Heidegger observa la posibilidad de atender a las auténticas posibilidades desde la conciencia de que ahí, siempre ahí, está el fin de toda posibilidad para el Dasein? ¿Tal vez podría ser el eterno retorno de Nietzsche, o sea, ese anuncio de la obstinada repetición de lo mismo que en cuanto instrumento puede servir para enterrar al insustancial hombre nihilista?

¿No es una actitud filosófica lo que, en definitiva, permite alcanzar aquello que nos decía Píndaro?

llega a ser lo que eres

γένοιο οἷος ἐσσὶ μαθών1

Tal vez llegar a ser lo que eres es el fondo…

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Concurso Fuego Inteligente 2022

¿Conoces el pensamiento de Heráclito? ¿Eres capaz de resumir algún aspecto de su pensamiento en unas 500 palabras? Entonces participa en el “Concurso Fuego Inteligente 2022”. De los textos recibidos se escogerán 3 ganadores que obtendrán como premio los libros electrónicos «Desde Éfeso: Heráclito» y «De Tales a Aristóteles: lo esencial». Los textos ganadores serán publicados en el blog “El fuego de Heráclito”.

Desde Éfeso: Heráclito de [Francisco Javier Font Moa]

Bases

1. El texto no puede superar las 500 palabras y estará redactado en un documento Word.

2. El documento Word lo tienes que enviar a la dirección heraclitofuego@gmail.com indicando en el asunto “Concurso Fuego Inteligente 2022”. Los datos que tienes que aportar en el cuerpo del e-mail son: nombre, seudónimo y país.

3. La fecha límite para entregar tu texto es el 31 de julio de 2022.

4. El fallo se hará público en el blog “El fuego de Heráclito” a lo largo del mes de agosto del presente año. En caso de que seas uno de los 3 premiados se te enviará un e-mail con los libros electrónicos «Desde Éfeso: Heráclito» y «De Tales a Aristóteles: lo esencial».

5. Los textos premiados serán publicados en el blog “El fuego de Heráclito”. Se publicará cada texto firmado con el seudónimo del autor (y en caso de que no se disponga de un seudónimo, entonces con el nombre del autor).

6. La presentación de un trabajo al “Concurso Fuego Inteligente 2022” presupone la aceptación total de las presentes bases.

Un banquete de amor, conocimiento y verdad

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No hay una sino muchas teorías del conocimiento, pero todas ellas tienen en común un objetivo: la verdad. ¿Y qué verdad se busca? La filosofía quiere descubrir el ser, esto es, la verdad del ser, y Platón lo hace a través de su teoría del conocimiento, una ἐπιστήμη que persigue la ἀλήθεια del τὸ ὄν, es decir, el descubrimiento del ser con el que se puede dar cuenta con toda certeza qué es esto y esto y esto… y todo (la realidad misma). La Teoría de las Ideas es el núcleo de la metafísica de Platón, o sea, una teoría de la realidad que el filósofo ateniense pretende explicar por medio de un conocimiento verdadero que, mire como se mire, tiene que ser divino en la medida en que lo es el alma en el ámbito platónico. Se reconoce en la teoría del conocimiento de este filósofo diferentes grados de…

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