En el poema de Parménides la diosa habla en B1 de la bien redonda Verdad (Ἀληθείης εὐκυκλέος), esto es, de la auténtica realidad, lo cual podría constituir algo así como una suerte de perfecta veritas est adaequatio rei et intellectus sive enuntiationis1. Pero no mezclemos ahora la idea de Verdad del pensador inicial griego con el concepto de Verdad medieval en la que será de radical importancia una relación que queda por ahora fuera de lugar con el de Elea. La Verdad de la que nos está hablando la diosa se sitúa fuera del alcance de la experiencia de lo humano, por lo que, visto así, la Verdad parmenídea tiene mucho en común con algo que nos dice Heráclito: «Pues el modo de ser humano no alberga la verdad, en cambio el divino sí”2. En efecto, la Verdad queda fuera del alcance de los hombres…
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Constitución de Atenas (Biblioteca Británica)